Jesús se hizo humano para salvarnos. Por su medio —nuestro ayudador, abogado y Redentor— podemos comenzar de nuevo. Nos está preparando el cielo, y regresará a llevarnos con él.

Dios el Hijo Eterno es uno con el Padre. Por medio de él fueron creadas todas las cosas; EI revela el carácter de Dios, Ileva a cabo la salvación de la humanidad y juzga al mundo.Aunque es verdaderamente Dios, sempiterno, también llegó a ser verdaderamente hombre, Jesús el Cristo. Fue cancebido por el Espíritu Santo y nació de la virgen María. Vivió y experimentó tentaciones como ser humano, pero ejemplificó perfectamente la justicia y el amor de Dios. Mediante sus milagros manifestó el poder de Dios y éstos dieron testimonio de que era el prometido Mesías de Dios. Sufrió y murió voluntariamente en la cruz por nuestros pecados y en nuestro lugar, resucitó de entre las muertos y ascendió al Padre para ministrar en el santuario celestial en nuestro favor. Volverá otra vez con poder y gloria para liberar definitivamente a su pueblo y restaurar todas las cosas (Juan 1:1-3, 14; Colosenses 1:15-19; Juan 10:30; 14:9; Romanos 6:23; 2 Corintios 5:17-19; Juan 5:22; Lucas 1:35; Filipenses. 2:5-11; 1 Corintios 15:3-4; Hebreos 2:9-18; 8:1-2; Juan 14:1-3).






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Las creencias adventistas tienen el propósito de impregnar toda la vida. Surgen a partir de escrituras que presentan un retrato convincente de Dios, y nos invitan a explorar, experimentar y conocer a Aquel que desea restaurarnos a la plenitud.

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