Reflexiones para tí.

Me encanta ser adventista

“Si este asunto es cosa de los hombres, pasará; pero si es cosa de Dios,  no podrán ustedes vencerlos” (Hechos 5: 38,39).

Tras no ver a su padre en casa, el pequeño le preguntó a su madre: “Mamá,

¿Cuándo volveremos a ver a papá”. La señora Fitch, con una sonrisa en los labios, le dice al pequeño: “Dentro de pocos días, cuando Jesús regrese, papá despertará y estará con nosotros para siempre”. El señor Fitch murió el 14 de octubre de 1844 y creía que Jesús regresaría el 22 de octubre de ese mismo año. ¡Solo una semana más y los niños podrían besar el rostro de su padre!

El martes 22, la familia Fitch se reunió con otros milleritas. Desde que amaneció estaban cantando, orando, alabando a Dios. Pasó la mañana, Jesús no vino. Se acabó la tarde, Jesús no vino. “Las sombras de la noche se extendieron y el fresco cayó sobre la tierra. Las horas nocturnas pasaron con lentitud. En medio del desconsuelo, los relojes dieron las doce de la medianoche en los hogares de los milleritas. El 22 de octubre había terminado. Jesús no llegó” (C. Mervyn Maxwell, Dilo al mundo, p. 31).

La burla y el escarnio no se hicieron esperar. Las ilusiones de miles de personas quedaron hechas añicos. El 22 de octubre de 1844 ha llegado a ser conocido como el día del Gran Chasco. ¿Y qué resultó de tan fatídico acontecimiento? Algunos dejaron de creer para siempre en Dios; otros siguieron fijando distintas fechas para la Segunda Venida. Sin embargo, un pequeño grupo que siguió estudiando la Biblia comprendió que Daniel 8: 14 no se refería a la venida de Cristo a la tierra, sino a la purificación del santuario celestial. Ese grupo fundó en 1863 la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

Hoy, los adventistas somos más de veinte millones de creyentes esparcidos por todo el mundo. Nuestra organización tiene más de ochenta mil iglesias en 216 países.

Administramos una red educativa que abarca a más de siete mil escuelas y ll3 universidades. Anualmente las clínicas y hospitales de nuestro sistema de salud reciben más de dieciocho millones de pacientes. ¡Quién habría creído aquel 22 de octubre de 1844 que de allí surgiría una Iglesia que ha irradiado al mundo con la luz del evangelio! Me encanta ser adventista porque somos gente que convierte el fracaso en perennes victorias.

#MeencantaSerAdventista
#SoyAdventista

Tomado de: Lecturas Devocionales para Jóvenes 2016
“Visita mi Muro, 366 Mensajes que Inspiran”
Por: J. Vladimir Polanco.

 

 

 

 

 

 

 

 

 






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Las creencias adventistas tienen el propósito de impregnar toda la vida. Surgen a partir de escrituras que presentan un retrato convincente de Dios, y nos invitan a explorar, experimentar y conocer a Aquel que desea restaurarnos a la plenitud.

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