Reflexiones para tí.

23 – PARTE 1

 “El hombre se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón” (1 Samuel 16:7).

Con lágrimas en los ojos se acercó a su madre y le dijo: “Mamá, el entrenador me ha dejado fuera del equipo”. Como no estaba dispuesto a renunciar a la posibilidad de jugar al baloncesto, un día fue a la cancha y le dijo al entrenador: “Por favor, déjeme acompañar al equipo”.

El entrenador se lo negó en varias ocasiones, pero ante tanta insistencia, una vez le dijo: “La única manera en que podrás ir con el equipo principal es si estás dispuesto a cargar los uniformes de los jugadores”. La reacción del muchacho no se hizo esperar: “Si eso es lo que usted necesita, lo haré”.

Desde entonces se propuso llegar a ser un gran jugador de baloncesto. Trabajó día y noche a fin de mejorar su rendimiento. Tan arduo fue su esfuerzo, que en tan solo un año creció de 1.77 a 1.90 m. Luego comenzaron a llegar los momentos buenos. Recibió una beca para estudiar en la Universidad de Carolina del Norte, en la que brilló como uno de los mejores jugadores de la NCAA.

Llegó el Draft de 1984. La primera selección pertenecía a Houston. ¿A quién eligieron? A Hakeen Olajuwon. La segunda selección le correspondía a Portland. En aquel entonces brillaban los jugadores de gran estatura, así que Portland optó por seleccionar a Sam Bowie. Finalmente, Chicago seleccionó al joven de nuestra historia en la tercera posición del Draft.

Pero no todo termina ahí. El gran sueño de ese jovencito era firmar un contrato con Adidas, la marca de ropa deportiva más prestigiosa de la época. En cambio, Adidas lo rechazó porque era muy “pequeño” y preferían jugadores “más grandes”. Nuestro chico tuvo que conformarse con firmar con Nike. Hoy los consumidores hacen filas enormes para conseguir sus tenis.

Rechazado en la secundaria, rechazado como la primera opción del Draft, rechazado por Adidas… ¿Ya sabes de quién te estoy hablando? De Michael Jordán, el número 23 de los Chicago Bulls. Muchos dudaron de que Michael pudiera llegar a convertirse en un gran jugador. La experiencia de Jordán nos enseña que no deja de tener vigencia el consejo dado por Jesús: “No juzguen ustedes por las apariencias” (Juan 7:24). Hoy tendremos maravillosas oportunidades para poner en práctica el consejo del Maestro.

#lasAparienciasEngañan
#perseverancia

Tomado de: Lecturas Devocionales para Jóvenes 2016
“Visita mi Muro, 366 Mensajes que Inspiran”
Por: J. Vladimir Polanco.






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